miércoles, 9 de octubre de 2019

“Todo me va bien y a pesar de ello estoy triste”


¿Cuántas veces has escuchado o dicho… “Todo me va bien y a pesar de ello estoy triste”?

Es común que existan momentos en nuestra vida en los que las cosas nos están yendo como nos gustaría en el plano económico, sentimental, etc. y, sin embargo, no nos sentimos acorde a ello, no estamos bien y no logramos disfrutar y ser felices. ¿Y qué es lo que tendemos a hacer en estos momentos? Sentirnos culpables.

Frases como “no deberías sentirte así” o preguntas como “¿por qué no eres feliz si tienes lo que querías?” rondan tu cabeza, e incluso la de muchas personas que te rodean.

En definitiva, si no tenías suficiente con sentirte mal, vamos a añadir el ingrediente de la culpa para terminar de agravar y amargar la situación.

Este tipo de situaciones donde parece que las cosas van bien, y los sentimientos no van acorde puede deberse a que a medida que vamos creciendo vamos resolviendo nuestras necesidades más básicas, como son las necesidades fisiológicas, de seguridad y sociales, y resueltas estas necesidades empezamos a preocuparnos por factores superiores, como la confianza, autoestima y autorrealización.

Parece obvio pero no es bueno que nos sintamos culpables por sentirnos “de bajón” en aquellos momentos en los que parece irnos todo bien. Es una sensación que puede aparecer con más frecuencia de la que pensamos y es nuestro trabajo tratar de aceptarla (Aceptar que puedes sentirte mal cuando todo te va bien es el primer paso para empezar a conocer qué hay detrás de estos sentimientos y trabajar para mejorar esta situación).

Muchas veces el factor implicado en este desajuste de las emociones se debe a nuestros pensamientos. Los planes, ideas y pensamientos sobre nuestra situación actual o ideal pueden actuar como kamikazes de nuestro estado de ánimo.


Por ello, los pasos a seguir en este tipo de situaciones suelen ser: 
  • Aceptar que tenemos derecho a sentirnos desanimados, aunque las cosas funcionen bien.
  • Identificar qué pensamientos están actuando como kamikazes.




miércoles, 2 de octubre de 2019

¿Qué tal si comienzo presentándome y contando el objetivo de este blog?


Soy Iciar Goujon, psicóloga general sanitaria. Empezamos con polémica, psicóloga. Esto puede derivar en tres visiones:
  • Loquero: No sirve para nada, para eso tengo a mis mejores amigos. (Por suerte esta visión no está tan presente en las nuevas generaciones)
  • Objeto de lujo: Se va para contarle tus penas y que te escuche, liberarte e irte.
  • Apoyo para resolver ciertas situaciones: Desde mi punto de vista la mejor visión, ya que vernos como un apoyo es una de las mejores formas de trabajar.

Ciertamente como psicóloga apoyo la tercera visión, ya que la primera es poco realista, es decir, hay consejos básicos que muchas personas saben orientar, pero nosotros no somos consejeros.
 A través de nuestra formación trabajamos con los problemas de la persona desde la raíz y con objetividad, aportando a su vez una escucha empática (o lo que es lo mismo, os escuchamos, nos ponemos en vuestro lugar, pero nos mantenemos objetivos a la hora de tratar con vuestros problemas).

La visión de que servimos para escuchar penas se aleja de la realidad en el sentido de que escuchamos al 100% a nuestro paciente, pero también hacemos una devolución y trabajamos con todo lo que escuchamos, es decir, no simplemente tumbamos a la persona en el diván a que hable, interactuamos con ella y damos herramientas para trabajar con toda la problemática, empleando técnicas específicas para cada paciente.

Respecto a las herramientas, y en relación con la tercera visión, nosotros servimos de apoyo, ya que ayudamos a la persona a aprender estrategias para emplear en su vida, siendo ella la protagonista de su cambio, y nosotros simplemente una guía.


Ahora el blog, ¿cuál es su función? El objetivo principal es traer temas cotidianos sobre psicología, para usuarios y psicólogos, desde un enfoque de divulgación, o bien para que sirvan de utilidad si os sentís identificados con algún tema puntual.  


¿POR QUÉ NO DECIRNOS COSAS BUENAS?

  ¿POR QUÉ NO DECIRNOS COSAS BUENAS? Son muchas las veces que mis pacientes vienen a consulta y, cuando les pregunto por algo que valoren de...